Les ofrecemos ahora el esquema escrito de los tres vídeos anteriores publicados en nuestro canal de YouTube y en las redes sociales sobre la oración, que no es sólo para los que ya son santos, sino también para los que deseamos serlo, aunque estemos lejos aún.
Importancia la oración: (la fuente más abundante gracia, por vía de limosna)
- En general:
- ¡Yo solamente pretendo ser un pobre religioso que ora! (San Pío de Pietrelcina)
- No he escrito hasta ahora libro más útil que éste que trata de la oración (San Ligorio, refiriéndose a “El gran medio de la oración”).
- Predicadores, confesores y libros de ninguna otra cosa debieran tratar con más extensión que de este asunto de la oración. (San Alfonso Ligorio)
- Hacerla bien: Puede ser que me digáis: ¿En qué consiste que pidiendo yo a Dios cosas espirituales, no me las concede? Eso es porque no la pedís con fervor; es porque os habéis hecho indignos de recibirlas o porque habéis dejado de suplicar antes de tiempo. (San Juan Crisóstomo)
Cuando nuestra oración no es escuchada es porque pedimos aut mali, porque somos malos, aut male, porque pedimos mal, aut mala, porque pedimos cosas malas o no convenientes para nosotros (San Agustín).
“No tenéis porque no pedís. Pedís y no recibís porque pedís mal” (Santiago 3).
- Para perseverar en gracia: El pecado puede coexistir con las demás obras de piedad, pero, no puede cohabitar la oración mental y el pecado: el alma o deja la oración mental o deja el pecado. (San Alfonso de Ligorio)
- Para perseverar en la fe: El principio de toda apostasía es la negligencia en la oración. (San Juan Berchmans)
- Para adquirir virtudes: No sabrá vivir bien quien no sabe rezar bien (San Ligorio).
- Para santificarse: Quien medita poco, ama poco. Todos los santos se hicieron santos con la oración mental. (San Alfonso María de Ligorio)
- Día a día: De hacer o no hacer bien la meditación de la mañana depende el pasar bien o mal todo el día (Santa Joaquina Vedruna).
- Para no estancarse: Santa Teresa 20 años en mediocridad con altibajos por falta de oración mental: Vida 8,1-3.
- Para conseguir más en todo (Padre Molina): La acción, acredita las palabras; pero la oración, atrae la gracia que hace eficaces las obras y las palabras. (San Bernardo)
- Para ser felices: El Señor sabe dónde está nuestra felicidad y sabe que solamente por nuestra oración podemos procurárnosla (San Cura de Ars).
- Para salvar almas: Los santos convirtieron más almas con sus oraciones que con sus trabajos. (San Alfonso Mª de Ligorio)
Oración del leproso del Evangelio: Lejos de la oración las muchas palabras; pero no le falte la oración continuada, si la intención persevera fervorosa. Este negocio se trata mejor con gemidos que con discurso, mejor con lágrimas que con palabras (San Agustín).
Dios puede tener motivos para no conmoverse:
- Falta de arrepentimiento de los pecados.
- Soberbia farisea.
- Rencor hacia el prójimo.
- Vida muelle.
- Pereza en la oración (comodidad, distracciones por falta de esfuerzo…)
Eso y otras causas pueden constituir la lepra o maldad que impiden el milagro de la conversión.
El antídoto para que Jesús se fije en nosotros es la oración humilde, confiada y perseverante (insistente, es decir, que lucha, aunque no consiga una atención total).
Como Dios es misericordioso, ante esta nueva disposición, se olvida de lo pasado y da una nueva oportunidad, da más gracia por limosna, no por justicia.
- VOCAL: Debe ser:
- Atenta (entendimiento): “La atención actual sería la mejor, y a conseguirla a toda costa han de enderezarse los esfuerzos del alma. Pero al menos es indispensable la virtual, que se ha puesto intensamente al principio de la oración y sigue influyendo en toda ella a pesar de las distracciones involuntarias que puedan sobrevenir. Si la distracción es plenamente voluntaria, constituye un verdadero pecado de irreverencia, que, según el Doctor Angélico, impide el fruto de la oración” (Royo Marín, y también Noldin). Otras autoridades:
- La puerta para entrar en este castillo es la oración y consideración; no digo más mental que vocal, que como sea oración ha de ser con consideración. Porque la que no advierte con quien habla y lo que pide y quién es quien pide y a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los labios… ni plega a Dios que ningún cristiano la tenga en esta suerte. Que entre vosotras, hermanas, espero en Su Majestad no lo habrá, por la costumbre que hay de tratar de cosas interiores, que es harto bueno para no caer en semejante bestialidad (Moradas I,1,7, Santa Teresa). Nunca Vos, Señor, permitáis se tenga por bueno que, quien fuere a hablar con Vos, sea sólo con la boca (Camino 21,10 y 22,1, Santa Teresa)
- Quien reza y deja a la vez divagar el espíritu por cosas extrañas, no sólo no alcanzará gracias, sino que más bien provocará la ira de Dios. (San Basilio)
- La oración hecha distraídamente es pútrida emanación que irrita a Dios y trae consigo castigos. (San Alfonso Mª de Ligorio)
- ¿Cómo queréis que Dios os entienda en la oración si vosotros mismos no os entendéis? El que así ora con tanta negligencia, ofende a la divina Majestad. (San Cipriano)
- Piadosa (voluntad): supone varias virtudes, entre ellas, según Santo Tomás, las virtudes teologales y la reverencia. Si la oración es atenta, suele ser piadosa.
Sobre la oración privada y pública::
- Santo Rosario: El Rosario… tiene su puesto después de la Santa Misa y el Breviario para los eclesiásticos; y después de la participación de los sacramentos para los seglares (Carta Apostólica al orbe católico de 1961 del San Juan XXIII).
- Breviario, Santa Misa:
- Un centenar de oraciones privadas no pueden alcanzar el valor de una sola oración realizada en el oficio porque ésta se presenta a Dios en nombre de toda la Iglesia y se dirige a El con las mismas palabras divinas (San Alfonso Ligorio).
- Santa María Magdalena de Pazzis dijo que en comparación de Oficio toda otra oración o devoción es poco meritoria y poco eficaz ante Dios (San Alfonso Ligorio).
- Después del Santo Sacrificio de la Misa no hay en la Iglesia mayor capital y tesoro que el Oficio Divino del cual a diario podemos recibir ríos de gracias (San Alfonso Ligorio).
- MENTAL: Hay quienes recitan muchas oraciones vocales; pero, si no se practica la oración mental, difícilmente se harán bien las vocales, que se pronunciarán distraídamente, por lo que apenas sí las escuchará el Señor. (San Alfonso Mª de Ligorio).
“Un doble escollo hay que evitar en lo relativo al método o forma de practicar la meditación: la excesiva rigidez y el excesivo abandono. Al principio del a vida espiritual es poco menos que indispensable la sujeción a un método concreto y particularizado. Pero a medida que va ya creciendo y desarrollándose sentirá cada vez menos la necesidad de aquellos moldes, y llegará un momento en que su empleo riguroso representaría un verdadero obstáculo e impedimento para la plena expansión del alma en su libre vuelo hacia Dios” (Royo Marín, O.P.).
Pasos comunes entre las diversas escuelas: (Nota de San Ignacio si hay un toque).
- Preparación próxima (1,2,3,4): Justo antes de comenzar la meditación. San Ignacio:
- Acto de fe en la presencia de Dios.
- Acto de contrición.
- Petición de gracia. Pedir ayuda.
- Lectura (5):
- Meditación (6):
- Afectos (6): ejercicio de virtudes, especialmente las teologales y la virtud de la religión.
La sustancia de la oración no está en el pensar sino en el amar (Fundaciones 5,1-5, Santa Teresa).
- Propósito (6): generalmente uno y concreto.
- Examen de la oración (6).
- Presencia de Dios durante el día (7), como consecuencia de la meditación y como preparación remota para la próxima meditación.
- CONTEMPLACIÓN MÍSTICA: (Viene sólo cuando Dios actúa los dones del Espíritu Santo. Es improbocable e inefable). Tipos:
- Quietud: agarrada sólo la voluntad.
- Unión: agarrados también el entendimiento, imaginación y memoria.
- Extática: agarrados también los sentidos.
- Esponsalicia transformante (7ª morada): Todas las potencias libres sin perder la contemplación.
ENEMIGOS DE LA ORACIÓN Y MEDIOS:
- Malestar físico o sueño: Ver la causa o poner los medios…
No me preocupa si alguien se duerme en la oración con tal de que haga algún esfuerzo para despertarse. A veces el Señor se complace en vernos combatir durante todo el tiempo de la oración, sin poder librarnos del sueño (San Francisco de Sales).
- Mal ambiente: Distractivo: Ruidos, interrupciones…
- Ambiente devoto:
- Mis ojos estarán siempre abiertos y atentos mis oídos a su plegaria hecha en este lugar. Yo elijo y santifico esta casa para que en ella sea invocado mi nombre y para morar en ella por siempre, y la tendré siempre ante mis ojos y en mi corazón. (2º Cro. 7,15-6)
- No puedes orar en casa como en la Iglesia, donde son muchos los reunidos, donde el grito de todos se eleva a Dios como desde un solo corazón. Hay en ella algo más: la unión de los espíritus, la armonía de las almas, el vínculo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes (San Juan Crisóstomo).
- Cuando os reunís con frecuencia en un mismo lugar, se debilita el poder de Satanás, y la concordia de vuestra fe le impide causaros mal alguno (San Ignacio de Antioquía, Breviario t. III, p. 63).
- Acto de fe en la presencia de Dios:
Dediquemos a esta norma de piedad (la oración) un tiempo suficiente; a hora fija si es posible. Al lado del sagrario, acompañando al que se quedó por amor. Y si no hubiere más remedio en cualquier parte, porque nuestro Dios está de modo inefable en nuestra alma en gracia (San Josemaría Escrivá de Balaguer).
- Pecados y vicios…………………………………Acto de contrición.
- Quien quiere que Dios le escuche, escuche primero a Dios. (San Agustín)
- Escucha a Dios en sus mandamientos para que él te escuche en tus oraciones. (San Juan Crisóstomo)
- Es abominable a oración de aquél que se aparta de la Ley. (Prov. 28,9)
- Todo este cimiento de la oración va fundado en humildad, y que mientras más se abaja un alma en la oración, más la sube Dios. No me acuerdo haberme hecho merced muy señalada de las que adelante diré, que no sea estando deshecha de verme tan ruin (Santa Teresa de Jesús).
- Para que la oración esté bien hecha, hemos de acudir a la divina presencia muy humildes y como unos criminales cargados de culpas y pecados (Santa Joaquina Vedruna).
- Demonios: Pedir gracia a Dios y ayuda a los santos.
- En ningún otro momento anda el demonio tan solícito en distraernos de cosas temporales, como cuando acudimos a Dios para pedirle sus gracias (San Isidoro).
- Y es cierto que era tan incorportable la fuerza que el demonio me hacía, o mi ruin costumbre, que no fuese a la oración, y la tristeza que me daba en entrando en el oratorio, que era menester ayudarme de todo mi ánimo para forzarme, y en fin me ayudaba el Señor (Vida 8,7, Santa Teresa).
- Preocupaciones (imaginación exaltada y el pago de las curiosidades).
Estáse ardiendo el mundo… no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia (Camino 1,5, Santa Teresa).
Lectura o puntos predeterminados y concretos:
- Antes de la oración prepara tu alma, y no quieras ser como quien tienta a Dios. (Ecli. 18,23)
- “¿Quién hay, por disparatado que sea, que cuando pide a una persona grave no lleva pensando cómo ha va a pedir para contentarle y no serle desabrido, y qué le ha de pedir y para qué ha menester lo que le ha de dar, en especial si pide cosa señalada, como nos enseña que pidamos nuestro buen Jesús?” Camino 30,1. (Santa Teresa).
- Para que nuestra oración este bien hecha es necesario habernos preparado antes, considerando a quien vamos a hablar y lo que hemos de pedir (Santo Cura de Ars).
Sobre la lectura meditada:
- Si no se puede hacer oración mental por la sequedad entonces ayudarse con un libro: (Vida 4,9, Santa Teresa).
- Cuando leéis, os habla Dios, cuando oráis, estáis hablando con Dios. (San Agustín)
- Comodidad (por exceso: filosofismo, pura lectura; por defecto: a ver qué me dice Dios, ir directamente a los afectos…): leña sin fuego (puro estudio) o fuego sin leña (acaba embobado).
Pues tornando a los que discurren, digo que no se les vaya todo el tiempo en esto… sino que se representen delante de Cristo, y sin cansancio del entendimiento, se estén hablando y regalando con él, sin cansarse en componer razones, sino presentar necesidades… Lo uno un tiempo, y lo otro otro, porque no se canse el alma de comer siempre un manjar (Vida 13,11, Santa Teresa).
El tiempo de la oración no debe ser jamás ocupado en otra cosa. (San Juan B. De La Salle)
METODO (comida masticada): Cf arriba 7 pasos. Nota de San Ignacio si hay un toque de Dios dejar los pasos y los puntos y dejarse llevar por Él.
- Curiosidad (me carga de emociones que luego brotan)…..Preparación remota. Recogimiento.
- No trabajar más que con una mano y con la otra defender nuestra alma de la disipación que le impide unirse a Dios. (Santa Teresita)
- El retiro sustenta la oración como la madre a su niño. (San Juan Damasceno)
- Los que no aprenden a guardar el silencio nunca aprenderán a orar mentalmente. (San José de Calasanz)
- Sed constantes en la mortificación de los sentidos, si queréis lograr le espíritu interior y el don de la oración. (Santa Margarita Mª de Alacoque)
- Da otra tentación de pena de los pecados y faltas que ven en los otros… Inquieta esto tanto que impide la oración; y el mayor daño es pensar que es virtud y perfección y gran celo de Dios. Dejo las penas que dan pecados públicos de una congregación u daños de la Iglesia, de estas herejías, a donde vemos perder tantas almas; que ésta es muy buena y, como lo es buena, no inquieta (Vida 13,10, Santa Teresa).
Distracciones: Si después de todo esto tengo distracciones no soy responsable de ellas ni en sí ni en la causa (no poniendo los medios). El mérito no falta:
Y si te inquietaren los pensamientos, y tú todavía perseverantemente los resistieres e hicieres lo que es en ti, debes tener por cierto que mucho más terreno ganas en esta resistencia que si estuvieras gozando de Dios a todo sabor (San Pedro de Alcántara).
Duración de la meditación: San Pedro de Alcántara decía mínimo dos horas seguidas. San Ignacio decía una hora para los jesuitas. El Padre Molina nos puso una hora y media. Esto se ha presentado.
La sequedad: Es el pan de cada día para las almas que están en la vía purgativa, pues están aún lejos de serles connatural la vida espiritual. Pero a quien es fiel en poner los medios muchas veces Dios le concede “contentos” (según Santa Teresa consuelos no místicos en la oración) donde:
- Entendimiento: Le da más luz sobre el camino de la virtud.
- Voluntad: Le mueve a ser más fervoroso (connaturalidad con lo espiritual).
El sentimiento y la conmoción no son necesarias; ¡lo que es verdaderamente interesante en la meditación es que se haga! (San Pío de Pietrelcina)
Ejemplos de materia de meditación:
- Beneficios: Contemplación para alcanzar el amor (Ejercicios de San Ignacio).
- Ofrecer sufrimientos sin juzgar a nadie:
¡Qué mejor oración que mirar con frecuencia el crucifijo y ofrecerle nuestras penas y sufrimientos unidos a los de El! (San Francisco de Sales).
- Imaginar a Jesús:
No basta con tener una idea general del espíritu de Jesús, sino que hay que aprender de el detalles y actitudes. Y, sobre todo, hay que contemplar su paso por la tierra. Hemos de meditar la historia de Cristo… cerrando los ojos podamos contemplarla como en una película (San Josemaría Escrivá de Balaguer).
- Sobre todo en la Pasión:
Vale más una lágrima derramada en memoria de la Pasión de Cristo que hacer una peregrinación a Jerusalén y ayunar a pan y agua durante un año (San Agustín).
Si quieres, alma devota, crecer siempre de virtud en virtud y de gracia en gracia, procura meditar todos los días en la Pasión de Jesucristo. No hay ejercicio más a propósito para santificar tu alma que la meditación de los padecimientos de Jesucristo (San Buenaventura).
- Deseos y temores para confiar, pedir y ofrecer, no para cavilar, sino para el último punto:
Tratad con El vuestros asuntos, vuestros proyectos, vuestros trabajos, vuestros temores y todo lo que os interese, porque Dios no acostumbra a hablar al alma que no le habla (San Alfonso Maria de Ligorio).
- La materia más perfecta:
Su Majestad sabe mejor lo que nos conviene; no hay para qué le aconsejar lo que nos ha de dar, que nos puede con razón decir que no sabemos lo que pedimos. Toda la pretensión del que comienza oración… ha de ser trabajar y determinarse y disponerse con cuantas diligencias pueda hacer su voluntad conformar con la de Dios… en esto consiste toda la mayor perfección que se puede alcanzar en el camino espiritual (Moradas II, 8, Santa Teresa).
Ultimos consejos:
- Perseverancia: Muy excelente es la oración, por lo que debemos estimarla y preferirla a cualquier cosa. No dejéis nunca la oración, por más que os parezca que no hacéis en ella nada de provecho. No os admiréis, los nuevos, si pasáis un mes, dos meses, tres meses, seis meses sin hacer nada. ¡Oh! No; aunque estuvieseis así un año, dos años o tres, no dejéis por eso de acudir a ella, como si hicieseis mucho… (San Vicente de Paúl)
- Coraje: Importa mucho y el todo una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabajase lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, si quiera se muera en el camino u no tenga corazón para los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo (Camino 21,2, Santa Teresa).
- Leña remota: No dejes tu lección espiritual. La lectura ha hecho muchos santos (San Josemaría Escrivá de Balaguer).
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